domingo, noviembre 27, 2011

El alfabeto sagrado, de Gemma Nieto

Parece una casualidad, si acaso existe tal cosa, el hecho de que hayan coincidido en tiempo y espacio ─este tiempo, este espacio─ la lectura de las fórmulas recursivas de Gödel, Escher y Bach, con la magia del Abaga, el sagrado alfabeto mandeo.



Creo que no es mala idea pensar en un alfabeto como en el conjunto de símbolos terminales de un sistema formal, una gramática, en este caso, que representa a todo lo decible. Desde esa perspectiva, el alfabeto es parte de un sistema formal perfectamente incompleto en el que, quizás, no todo lo decible puede ser dicho, o en el que lo decible se agota. Cuando ya se ha dicho todo sobre Todo, o cuando llega el día en el que lo decible se ensombrece con el velo del maldecir, significa que ha de repetirse el canon de algún mensaje. De la mejor manera posible se debe volver, otra vez, al principio.

Esta idea es general y podría aplicarse a cualquier alfabeto, e incluso, a cualquier conjunto de símbolos terminales de una gramática; sin embargo, el Abaga, el sagrado alfabeto mandeo tiene, en sí mismo, la semilla de la repetición. El camino del alfabeto mandeo ─con su canon consistente e incompleto, pero recursivo─ es como una, otra, gran trenza dorada. El Abaga propone un porvenir-pordecir cíclico, que busca la perfección, y que va desde la “Penitencia” hasta “Lo más alto”, o desde “La madre” hasta “El Padre”, o viceversa…

{a, b, g,…, l, m,… s,…, a} = {“Lo más alto”, “Padre”, “Gabriel”,…, “Mente”, “Luz” ,… , “Madre”, a}

Me parece algo perturbadora la idea de que el Abaga no solo sea el conjunto de símbolos terminales de la gramática mandea sino que, además, contenga, en sí mismo, una gramática. Esta idea está sustentada, no solo por la repetición del símbolo {a} ─curiosamente es un círculo en la grafía mandea─ sino porque al decir “a”, o “b”, o “g” se dicen más cosas que “a”, o “b”, o “g”,… Digo que es una idea perturbadora porque, como dice Víctor, el héroe de esta historia, parece que los mandeos hubiesen encerrado, en su alfabeto, un mensaje sagrado y mágico.

Si existe tal mensaje, cabe preguntarse: ¿Cuál será? ¿A quién está dirigido? ¿Para qué encerrar un mensaje en el alfabeto? ¿Acaso hay que protegerlo ¿Quién lo protegerá? ¿De quién hay que protegerlo?...

Para responder a algunas de estas preguntas, quizás convenga retomar el sendero del canon cíclico del Abaga, aunque ─quizás a usted le pase lo mismo─, mezclar lo finito y lo cíclico produce una sensación tan perturbadora como la que produce el doble mensaje o, peor aún, la que produce el infinito numerable. Por otro lado, retomar el sendero del canon cíclico, no solo remite al perturbador infinito, sino a la necesidad de re-sembrar la semilla del alfabeto. Me refiero a que, elegir la hipótesis de la semilla cíclica, podría responder algunas de las preguntas planteadas, pero introduce otras, tales como: ¿Cómo se regenera un alfabeto? ¿En qué momento?

No le revelaré el momento en que debe regenerarse un alfabeto ensombrecido por el maldecir, porque no me está permitido revelarlo, pero sí me está permitido revelar algunos de los pasos del ritual de regeneración. Por si quiere saberlo, la idea del canon cíclico también está en el ritual mágico; hacen falta tres hombres ─uno de ellos ha de ser el guardián del tesoro─; tres cuencos; un amuleto; tres conjuros; un círculo; un poco de cera para los oídos; abundante agua en movimiento; una oración; veinticuatro letras; un tesoro;…



Después no me diga que no le avisé.

22 comentarios:

Anónimo dijo...

fabuloso¡mágico,pero habrá que tomar una decisión antes que se muevan las montañas............

Anónimo dijo...

Una vez más me quedé extasiada leyéndolo. Es mágico, como dice el comentario que me precede, es mágico ud., su manera de escribir, de expresarse, muy lindo comentario!!! Lo beso

Anónimo dijo...

"Conjúrote, triste Plutón [...], administrador de todas las cosas negras del reyno de Stigie y Dite, con todas sus lagunas y sombras infernales [...] te conjuro por la virtud y fuerça destas vermejas letras, por la sangre de aquella noturna ave [...]".

Con el conjuro, un solo hombre y veinticuatro letras, vgr.: "hermano, te quiero con el alma", "con un corazón de araña lunar", y así, yo le hago maravillas, vea. Gracias por avisar.

Flenning dijo...

Anónimo 11: ¿a qué decisión se refiere?

Flenning dijo...

Anónimo 2: Seré mágico pero pobre, téngalo en cuenta

Flenning dijo...

Anónimo 3: mire que 24 letra y un corazón de araña también pueden llevarla/lo al maldecir, Yo le tengo miedo a las estigias, Oh, Celestina.
De nada.

Anónimo dijo...

Flenning,vio el Trailer?que ud publico

Anónimo dijo...

Y otra y otra vez te conjuro. Pero tranquilo, Flenning, que, confiando en mi mucho poder, yo parto para allá, con mi hilado, donde creo te llevo ya envuelto...

Anónimo dijo...

Si habré recorrido Scalabrini Ortiz de arriba a abajo y viceversa !!

Anónimo dijo...

Yo, la peor de las estigias, desafío al último anónimo a fundamentar su aparentemente inútil paseo por Scalabrini Ortiz, en busca del hilado de las estigias. Debe saber que los juegos de lenguaje y las acciones poéticas también convocan al dios de la risa, a la diosa de la trivialidad y a los sagrados vates del silencio y la palabra. El desafío consiste en inventar una rara ceremonia, en honor del autor de este blog, que sirva a enaltecer la literatura, y no a descalificarla con tanta, por decirlo livianamente, liviandad.
Queda usted formalmente desafiado/a.

Flenning dijo...

Justo iba a preguntar si estos conjuros de ovillos tenían que ver con ovillar el hilo de la vida, mi Vda. o cualquier vida, o del desovillar el hilo de Ariadna para guiar la vida, mi vida o cualquier vida, pero ya comprendí que habla Laquesis, o alguien como ella.

Anónimo dijo...

Es Láquesis y es su vida. O cree, acaso, que una o la otra son reemplazables? Por favor, a otra hilandera con ese ovillo...

Flenning dijo...

No soy mandeo, pero tengo mi alfabeto cíclico atrapado en una moneda. Es un anagrama liberador hecho de de cinco veces, cinco veces, cinco veces,… expulsa comjuros. Le tengo miedo a las estigias, pero tengo mi amuleto.

Anónimo dijo...

No me haga reír. Su miedo se aferraría a un hierro candente... Pero ni un unicornio, ni un dragón, ni un terrenal escarabajo le servirían como amuleto. Su moneda de cinco veces, cinco veces, cinco veces, nada puede contra la magia de mis sombras de veces infinitas, que escupen destinos. Su suerte está echada, pero nunca, nunca, nunca sabrá cuál es.

Flenning dijo...

Era de esperar que toda la suerte de mi moneda fuese poca suerte ante la mala suerte… ya ve, si ni me mata la seda de su ovillo me matara la duda que hay en su conjuro.

Anónimo dijo...

Cuánto vuelo poético!! Quién tendrá el poder? Porque de eso parece tratarse, en el barrio le dicen de otra manera...

Anónimo dijo...

Descuide, último Anónimo. Las sombras de las estigias recorren, también, los barrios. Sin embargo, para ellas, no hay semántica que valga...

Anónimo dijo...

pobre?pobreza? que es eso flenning?
ud. no solo es mágico,es rico en todos los sentidos,es todo,ud no necesita nada más,lo tiene todo

Anónimo dijo...

De los dones y virtudes que tiene Flenning nadie duda, esta a ojos vista plasmado aca, en su blog, pero quien puede decir si necesita o desnecesita algo? Quien en sí tiene el todo? No se deje convencer por cantos (?) que ni de sirena son, siga la flecha para llegar a buen puerto

Anónimo dijo...

último anónimo, ni sirena,ni cantante,ni actriz,solo un anónimo,que siempre tomó atajos,sin seguir flechas,y un buen puerto encontró,donde aprendió que los números,no son simplemente números,ni las letras ,simplemente letras,
el señor ,comprendíó mi comentario
está celosa?

Anónimo dijo...

maravilhoso¡

Adriana dijo...

Acá hay que poner un poco de orden o aflojarle al ferné.