Perdón, pero... ¿Qué monotonía?, ¿qué esperanza?
Probablemente el autor, obsesionado por la reconstrucción histórica, ha trazado un camino a Samarcanda y ha sentado a sus personajes incomprensibles o incomprendidos, ─son unos personajes muy diferentes, pero cada uno representa un aspecto eterno del alma persa─ en su habitual estado de somnolencia a preguntarse:
Insisto... ¿Qué monotonía?, ¿qué esperanza?
La monotonía que se embosca en el sol de media tarde en las lejanas Constantinopla, Ispahán o Tabriz. La monotonía de la muerte en Alamut. La monotonía de los turbantes grises o la monotonía de las sombras del desierto sin sombras.
La perfecta esperanza del álgebra. La esperanza de ignorarlo todo y, aun así, ser sabio:
La esperanza de hallar el manuscrito que rescate la cultura de Oriente. La esperanza de recuperarse dando.
Después de leer Samarcanda, me pregunto, otra vez ¿cuál es mi obsesión y mi esperanza?
2 comentarios:
La monotonia que podria ser aburrimiento es la enfermedad de las personas sin variables. Mas la esperanza es gusto el esforzarse por ser mejor, el tener algo mas alla. Un fuerte abrazo especial
Yo no lei este libro pero note algo recurrente es los temas. las matematicas aparcen siempre, ya sea intimamente relacionadas con los temas que trata o en los comentarios que realiza. Que dificil me resilta el pensamiento matematico.
Me siento mas atraida por la pasion de las letrss.
LA DAMA DE NEGRO.
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