viernes, octubre 02, 2009

La leyenda de la bicicleta blanca


LA BICICLETA BLANCA



El flaco que tenía la bicicleta blanca;
silbando una polkita cruzaba la ciudad.
Sus ruedas, daban pena: tan chicas y cuadradas
¡que el pobre se enredaba la barba en el pedal!

Llevaba, de manubrio, los cuernos de una cabra.
Atrás, en un carrito, cargaba un pez y un pan.
Jadeando a lo pichicho, trepaba las barrancas,
y él mismo se animaba, gritando al pedalear.

"¡Dale, Dios!... ¡Dale, Dios!...
¡Meté, flaquito corazón!
Vos sabés que ganar
no está en llegar sino en seguir..."

Todos, mientras tanto, en las veredas,
revolcándonos de risa
¡lo aplaudimos a morir!
y él, con unos ojos de novela,
saludaba, agradecía,
y sabía repetir:

"¡Dale, Dios!... ¡Dale, Dios!...
¡Dale con todo, Dale, Dios!..."

Pero cierta noche, su horrible bicicleta con acoplado entró a sembrar una enorme cola fosforescente. ¡Increíble!: los pungas devolvían las billeteras en los colectivos; los poderosos terminaban con el hambre; los ovnis nos revelaban el misterio de la Paz; el Intendente, en persona, rellenaba los pozos de la calle, y hasta yo, pibe, yo que soy las penas, lloré de alegría bailando bajo esa luz la polka del ciclista.

Después, no sé, ¡te juro!, por qué siniestra rabia,
no sé por qué lo hicimos ¡lo hicimos sin querer!,
al flaco, ¡pobre flaco!, de asalto y por la espalda,
su bicicleta blanca le entramos a romper.

Le dimos como en bolsa, sin asco, duro, en grande:
la hicimos mil pedazos... Y, al fin, yo vi que él,
mordiéndose la barba, gritó: "¡Que yo los salve!..."
Miró su bicicleta, sonrió, se fue de a pie.

(Mi viejo Flaco Nuestro que andabas en la Tierra: ¿Cómo te olvidaste que no somos ángeles sino hombres y mujeres?)

Flaco,
no te quedes triste,
todo no fue inútil,
no pierdas la fe...
en un cometa con pedales
¡dale que te dale!
yo sé que has de volver...

Intérprete: Raúl Lavié
Letra: Horacio Ferrer
Musica: Astor Piazzolla

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bien nos vendría un poco más de locura mientras ésta sea creativa...!!!
Los hombres solemos ser demasiado rápidos para juzgar y rotular sin saber a ciencia cierta quién es el que tenemos enfrente y, quizás, en ese juicio mostramos nuestras miserias.
Deberíamos tratar de sacar lo mejor de nosotros, aunque nos tilden de locos si con nuestras acciones damos aunque sea un poquito de felicidad, ternura, amor, a nuestro prójimo. Quizás nos tilden de Quijotes o de locos pero bienvenida sea la locura si puede ayudar!!!
Dicen que de poeta y de loco todos tenemos un poco... será así?
Gracias!!!!

guisado de papas dijo...

No solo que somos prejuiciosos sino, que parace ser que nada es un misterio para nosotros.
La locura individual ( la de cada uno) nos diferencia del resto de las personas, las manias que tenemos cada uno de nosotros... esas cosas que nos hace encantadores,esas costumbres que decidimos adquirir porque nos gusta,algunas personas levantan cosas de la calle para coleccionarlas, a otros les gusta la comida con mucho aderezo,a otros les gusta mirar pájaros ... no por eso estamos locos, aunque a los demas les parezca estupido.
Y no se porque me gustan los hombres que andan en bici, yo los veo, como los mas humildes, esos raros hombres de antes, con la boina, la barba, la bicicleta, y ese misterio extra que le añado solo por el hecho de no animarme a hablar con el.