martes, agosto 04, 2009

El hijo del acordeonista, de Bernardo Atxaga

En Obaba, una metáfora de la memoria y de las tradiciones, un pueblo soñado y a salvo del paso del tiempo, David guarda todo aquello que no desea olvidar. Allí, en su pueblo imaginario, están las respuestas a todas sus preguntas lastimeras: ¿Me habrá perdonado mi padre aquella temprana cobardía? ¿Qué habrá sido de las palabras que ya no escucho? ¿Seré yo este de la foto? No me reconozco. ¿En qué pañuelo anudaré mi último recuerdo? ¿Quién desatará este nudo de mi garganta?

El pasaporte de David hacia su pasado es su acordeón, ese mismo que prometió no volver a tocar jamás al emigrar de su pueblo. Su historia está unida al resoplido del fuelle y a una canción nostálgica, evocadora, escandalosamente triste, como casi todo lo que canta Edith Piaf.

¡Qué lejos parece todo aquello! ¡Cuántas cosas se van olvidando! Si logro silenciar el acordeón, olvidaré todo y podré cerrar esta pesada puerta de mi pasado.


Este aire que me obsesiona día y noche
Este aire no nació hoy
Viene de tan lejos como yo vengo
Arrastrado por cientos de miles de músicos
Un día este aire me volverá loco
Cien veces he querido decir por qué
Pero me ha cortado la palabra
Siempre habla antes de mí
Y su voz cubre mi voz.

Padam...padam...padam...
El llega corriendo tras de mí
Padam...padam...padam...
El me empuja a acordarme
Padam...padam...padam...
Es un aire que me señala con el dedo
y yo me arrastro tras de mi como un error chistoso
Este aire que sabe todo por intuición.

Si logro callar este acordeón podré dar sepultura a las palabras que ya no pronuncio, ni pronunciaré, ni pronunciará nadie, nunca, nunca más. Si logro callar este acordeón, podré sepultar en paz, en cajitas de fósforos, el malherido euskera, mi modesto vocabulario, mis raíces…. Una por una encerraré bajo tierra las palabras de mi niñez. Debo silenciar este fuelle, este resoplido de indefinida languidez.


El dice: "Acuérdate de tus amores
Acuérdate porque es tu turno
No hay razón para que tú no llores
con tus recuerdos sobre los brazos..."
Y yo vuelvo a ver a los que descansan
Mis veinte años hacen tocar el tambor
Veo golpearse los gestos
Toda la comedia de amores
Sobre este aire que siempre va

Padam...padam...padam...
Los "yo te amo" del 14 de julio
Padam...padam...padam...
Los "siempre" que se compran en liquidación
Padam...padam...padam...
Los "¿quieres tú?" aquí están por paquetes
Y todo esto para caer justo en la esquina de la calle
Sobre el aire que me ha reconocido

David muere o, mejor dicho, David está muerto al comenzar esta historia. Su mujer, Mary Anne, parada frente a la tumba, recorre con el dedo índice las palabras de un epitafio escrito en euskera mientras exclama «… El epitafio lo ha escrito David, pero esta palabra no es tan bonita, no suena bien. ¿Habrá algún sinónimo? No sé qué haría más feliz a David, si quitarla para darle sepultura junto a todas las otras que ha enterrado allí adelante, en aquel cementerio de palabras, o dejarla tal cual está para que muera junto a él… »

¿Qué haría usted si fuese Mary Anne? ¿Qué desearía que hiciera Mary Anne si usted fuese David? ¿Y si usted fuese un amigo y tuviese que llevar una palabra a un museo, qué palabra le gustaría rescatar para siempre del olvido? ¿Qué palabras ha olvidado usted?


Escuchen el escándalo que me hace
Como si todo mi pasado desfilara
Hay que guardar la pena para después
Yo tengo todo un solfeo sobre este aire que golpea
que golpea como un corazón de madera


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Qué bien suena la canción en francés!!! Es tan dulce esa lengua...
Las palabras tienen bonito sonido según quien y con qué intención las pronuncia. Enseñé alguna a vez que las palabras no son malas que la maldad está en la intención de quien las dice.
Si yo fuera Mary Anne rescataría las palabras más significativas( hasta un hola suena distinto según quien lo pronuncie...)
Si fuera David me gustaría que Mary Anne recuerde las palabras que llegaron a su corazón, las rescate y atesore.
Si fuese un amigo me gustaría rescatar confraternizar, compartir.
Olvidar... la palabra odio, más que olvidarla la desterré.
Hay palabras anestesiadas quizás, las que no nos permitimos pronunciar, pero que si bien no son pronunciadas, no serán olvidadas.
Desafíos!! Cuántos desafíos nos plantea!!! Bucear, rescatar, decidir!! En este momento me surge la imagen de un encantador ( no de bichas), de los que al son de ciertos sones despierta lo que está dormido. Aplausos!!!!

Anónimo dijo...

si yo fuera yo,rescataria la palabra confianza
olvidar? si fuera tan sencillo.........
felicitaciones

Anónimo dijo...

En mi comentario anterior dije que era hermosa la canción en francés y lo bueno de este blog es poder replantear lo que pensamos. Es bellísima esta versión flamenca que puso!!!!! Se siente bullir la pasión, la fuerza, la sangre, en la voz de la cantaora. Sinceramente, me encantó!!!

Anónimo dijo...

Vivimos sumergidos en el vértigo de los días que no nos detemos a pensar , no nos damos tiempo ... Es tan difícil detenerse a reflexionar sobre lo que nos resulta cotidiano que este espacio suyo y las ganas de compartirlo me parece extraordinario .
Rescatar del olvido ? respeto , tolerancia , arrepentimiento ;cuáles olvidar ? odio , omnipotencia , ira .En ambos casos no son pocas .
Una vez mas , lo felicito !!