domingo, noviembre 14, 2010

La leyenda de la idea fija

El efecto combinado de la absenta y el vermut fue implacable y ahora parezco un nómada que va desde el silencio a las malas ideas y desde lo inquisitivo a lo sumiso. Me lo pregunto todo y a todo digo que sí.

Me he preguntado, por ejemplo, ¿puede un borracho como yo, atrapado en su círculo vicioso, con sus pasos errantes y azarosos, encontrar el camino de regreso al centro de su laberinto? No solo me he respondido que sí, sino que también me he respondido algo más: no importa lo confundido y ebrio que esté, no importa cuántas veces desande lo andado, sé que en cualquier momento entre hoy y la noche mil y una, el caminante sin rumbo llegará a su destino.

A pesar de que caminar sin rumbo parece muy caótico, es posible predecir la posición en la que estará el sujeto en un momento determinado. Su ubicación depende, con alguna licencia poética, del tamaño de la zancada y de la cantidad de pasos.




1: R = Z * N,



Donde:
R: Radio del circulo vicioso
Z: Tamaño de la zancada del borracho
N: Numero de pasos (depende del tiempo que se estuvo caminando)

En un círculo vicioso, el lugar más visitado es el del centro del círculo. Eso tiene sentido, ¿no?

¿Pero qué pasa con las ideas que giran sin rumbo en medio del torbellino interior? ¿Llegarán a algún destino? Si la cabeza fuese una superficie plana, la respuesta sería la misma que la del borracho, es decir: una idea se aleja de la escena siguiendo una trayectoria libre y, después de cierto tiempo, la idea más visitada será el centro, la idea fija.

El problema es que el espacio por el que vagan las ideas no es un espacio plano, como el del borracho. También es un problema el hecho de que las ideas no están solas. Hasta ahora no lo había mencionado, pero debo decir que la densidad es una variable importante en la consideración de cualquier trayectoria, libre o no, pues, en un espacio densamente poblado, cualquier trayectoria puede fracasar.

Si en un proceso de selección de trayectoria al azar se selecciona ir contra una pared, no llegaremos lejos, pues la materia no es indivisible ni invisible. Disculpe la obviedad, pero yo mismo, borracho y todo, sé esas cosas.

Volviendo al mundo de las ideas, agrego que, en una mente densamente poblada, las ideas colisionan entre sí y se multiplican, quizás más esclarecedoras. A mayor densidad, menor difusión. Contrariamente, en una mente despoblada de ideas, vulgarmente llamada mente hueca, las ideas siguen una trayectoria lineal, y producen el efecto conocido de entrar por una oreja y salir por la otra. En una mente así, la difusión de la nada es máxima.

Si la densidad de ideas es tan condicionante para el cálculo de la trayectoria, ¿es posible calcular la densidad de ideas en la mente? Como dije, estoy complaciente y dispuesto a decir que sí a todo.




2: D = (T / N) * (1 / 6 * Pi * R),



Donde:
D. Difusión de ideas (Recuerde que la difusión es más o menos la inversa de la densidad)
T: Temperatura del sujeto
N: Numero de Avogadro
R: Radio del circulo vicioso

Después de reemplazar las variables y de hacer las operaciones aritméticas, el resultado obtenido ─para una persona promedio, con temperatura corporal y perímetro cefálico normales─ resulta ser que la densidad de ideas es un número astronómico, un número con más de veinte ceros: de pie frente a esa inmensidad de ideas se puede asumir que la mente es un espacio densamente poblado. Ya ve usted. El universo es una perversa inmensidad llena de ausencia, y en esa inmensidad uno ni siquiera tiene el privilegio del borracho; al menos, él está en alguna parte.

¿Cómo no quiere que me vuelva loco en medio de este silencio? ¿Cuántas ideas provechosas puedo obtener de esta resaca infernal? ¿Cuántos pasos seguros puedo dar antes de caer en el vacío intelectual? ¿Cuántas de mis ideas son buenas? ¿Podré tener una idea clara del tamaño de la confusión?

Otra vez, la respuesta es afirmativa: aunque el silencio y el equívoco son los de siempre, idénticos, yo creo que esta resaca me ha volado algunas tejas.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

tal cual¡¡¡esa resaca no le volo alguna teja,sino muchas¡¡¡¡¡¡¡
me encanto ,siga con el vermouth

Anónimo dijo...

Busqué la absenta y estaba probándola y ya apareció con el vermut, qué cosa esto de andar de cata!!
Le aseguro que, así como hablan del ocio creativo, que la resaca suya es también creativa. A pesar de su voladura de tejas creo que está poblado de ideas creativas, muchas. Está bueno que sea insaciable!!

rene orlando dijo...

Siga con las bebidas espirituosas, en mi pueblo lo bancamos respetuosamente.

Silvia Teresa dijo...

Hola, qué pena, yo de viaje y tu permiso en spam, bueno lo he recuperado y ya te metimos en la lista del sembradío, gracias.