sábado, junio 19, 2010

Marcas legendarias, Chocolates Riucord

21 comentarios:

Nela dijo...

Que anuncio tan tierno,. No conozco la marca, pero se ve de lo más antiguo.
Cambiando de tema, "no soporto a Perez-Reverte",soy la unica de casa que no ha leído nada de él, quizás sea que como persona, me cae fatal, ¡es un pedante!
Besos
Nela

Flenning dijo...

Nela: gracias por participar. Bienvenida. Hace un tiempo compré en Barcelona varias postales antiguas. Tampoco yo recuerdo mucho la marca, pero me gusta rescatar del olvido ciertas cosas, no sé si por nostalgia, si por ser paladín de causas perdidas o por el vicio de juntar cosas inútiles.

Cambiando de tema, Reverte le aporta a este espacio una gran variedad de personajes de los que nos gusta hablar: héroes, casi todos cansados y casi todos de regreso de alguna derrota. Yo, en general, sólo me meto con los personajes; poco y nada digo de los autores y sus obras, literariamente hablando. Deseo creer que uno es lo que escribe.

Anónimo dijo...

Me encantan estas pequeñas cosas tan singulares, que llaman a evocar un tiempo que no sé si está perdido; pero sí está muy lejano.
Excelente conjugación de relato e ilustración. Escribes muy bien, ¿lo sabías?;)


Muy dulce Carlos.
Un cariñoso saludo, aquí es verano.

Flenning dijo...

Susan: extrañaba sus visitas por este espacio. Si no recuerdo mal, creo que era usted la que tenía un libro sobre filología de las imágenes y estaba por comentarlo; recuerdo que comentamos algo de eso en algún otro post. En cualquier caso, es cierto que las fotos suelen ser inspiradoras, lo malo ─o lo bueno, o lo curioso─ es que no siempre remiten a la misma idea.
Gracias también por los elogios.
Una abrigado abrazo. Acá llovizna y huele a hojas húmedas.

algallim dijo...

Costa como anda? Tanto tiempo sin leerlo :)
Me encanto la postal, me gustan sus cajones con cosas de otras epocas.
Tambien me gustan las sorpresas, aunque sean ciruelas secas y no lleguen a tres.
Un saludo desde el norte angloparlante, donde hay olor a verano pasado por agua, pero verano al fin :)

Anónimo dijo...

Felicidad y Esperanza habitan en cada uno de nosotros aunque lo neguemos y digamos que nada esperamos. Quién no espera que la felicidad llegue? Sería una sorpresa la sonrisa anhelada, y el beso que asemejaría a una casa de chocolates completa y con todo! Se puede hacer una fiesta con tan poco y mucho más con tres ciruelas, quizás dependa de uno que no estén tan secas !

Flenning dijo...

Algallim: ¿De dónde conozco yo esa letra, y esa voz, y ese gesto? Mi memoria flaquea. Por lo demás, yo creo que en las entrelineas de esta leyenda se lee que la sorpresa puede ser la ausencia de sorpresa y que en el limite de esa espera desesperada de que ocurra algo sorpresivo está, justamente, la desesperanza.

Flenning dijo...

Anónimo: imagine una niña llamada Felicidad. Imagine un pueblo olvidado e imagine que es la época de cuaresma. Imagine que el domingo de pascua llega una mujer cargando una cesta con huevos de chocolate. Imagine que todos los chicos compran un huevo y muestran la sorpresa que trae dentro. Imagine, por fin, que la niña llamada Felicidad no puede comprar nada porque su padre es pobre, el más pobre del pueblo, es el pastor.
Imagine que usted es La Feli y vuelva a contarme lo que piensa de las ciruelas ;)

Anónimo dijo...

Le cuento que he sido niña y tantas veces ví que otros niños disfrutaban de cosas que en mi casa no se podían adquirir, eso referido a lo que se puede comprar con dinero, obvio y aprendí a disfrutar de lo que se me ofrecía y a veces con las ciruelas,son tres, no una !! repito, se puede hacer una fiesta.
Iba a extenderme sobre otras cuestiones que la Feli quizás tuviera y , a pesar de nos podemos expresar, temo cansar tanto al dueño del blog como a los lectores.

Anónimo dijo...

Soy el anónimo anterior. Recordé algo de mi niñez, todos mis amiguitos tenían televisor, en mi casa no había, sólo radio. A la noche, acostada ya, le decía a mi abuela que apague la radio y comenzaba yo a hablar como si fuese alguien de la TV. A mis 10 años fui a ofrecerme para ser locutora en la emisora y me atendieron con una sonrisa !! Creo que eso también es esperanza y una forma inocente de vivir la felicidad que se nos ofrece.

Anónimo dijo...

Si me das a elegir.. decía una cancion, entre Chocolates Riucord o galletitas Costa, me quedo con éstas

Anónimo dijo...

Mire usted...
Pero qué va. El chocolate Riucord era un producto mucho más fiel.
Yo odio las galletitas Costa. Se deshacen cuando uno las mira con cara de tentación. Entonces, todo lo que se quiere es probarlas, con una mezcla extraña de anhelo, gula y temor, pero, desafortunadamente, tarde se descubre que la primera es esponjosa y con gusto a néctar; la segunda, crocante y algo más amarga; y la tercera, lisa, helada, con la textura y el sabor del mármol, se le queda a uno atravesada para siempre en la garganta.
Luego, se caen los dientes, y se pierde el corazón, las vísceras, la sangre, la alegría, lo dejan a uno sin nada y ya nunca más vuelve a ser el mismo.
Con ese panorama, imagínese, estimado anónimo último, no le conviene para nada, si me permite, porque es un riesgo absurdo, y digo que ojalá nunca, nunca, nunca, que nunca se le ocurra ni siquiera intentar llegar al fondo de la lata.
De onda se lo digo.

Anónimo dijo...

Soy temeraria, y no me saben como las describe... Será que no llegué al fondo de la lata?

Anónimo dijo...

P.S.
Júreme, las probó hasta el fin??

Anónimo dijo...

Temeraria, dice? Ah, pero siendo usted mujer, ahora me lo explico. Pues, le diré: luego de la tercera galletita Costa, hace falta ser muy hombre para continuar probando hasta el fondo. Piense: debajo del mármol, el Hades...

Anónimo dijo...

Los hombres suelen tener menos resistencia y pienso que debajo, en medio, antes y después, saben a Gloria, casi casi el Paraíso!

Anónimo dijo...

Anónimos ! ante la imprudencia de intentar llegar al fondo de la lata y el probar el sabor amargo de las galletas , les sugiero probar los " Vizzio " Costa .
Nadie puede resistirse a ese dulce miel que queda en la boca como beso encendido... ni Caronte ni Cerbero .
Comer un "Vizzio" Costa , me genera deseos irreprimibles , desenfrenados.
Me produce pèrdida de memoria y otras cosas ... de las que no me acuerdo ...

Flenning dijo...

Estaba preparado para hablar acerca de Felicidad, felicidad, esperanza y sorpresa, pero no puedo decir mucho, casi nada, sobre dulzura.
Yo prefiero lo salado, sinceramente.

Anónimo dijo...

Su comentario Flenning, como era de esperar , tiene el mismo sabor a esa tercera galleta que se lleva a la boca .
Pero a decir verdad , comparto su gusto , prefiero lo salado . Y me gustaría saber que es para usted la felicidad .

Adriana dijo...

Parece que los Anònimos han hecho un pico de glucemia. Pero resulta fabuloso ver que desacartonan el blog en el que tanto rezuma el "usted" y tanto se compite por ver quién habla más difícil. Las referencias mitológicas... imperdibles.
Sugieron el uso de un nick -para los anónimos- lo que clarificaría quién contesta a quién y facilitaría seguir el hilo de la novela.
¿Y si prueban con pasta de anchoas????
No obstante, hay Costa para todas, Anónimos!!! Galletas, digo. No desesperen.

Flenning dijo...

Eso, Eso mismo digo yo, Adriana, que los anónimos se repartan las galletas así yo me quedo con la pasta de anchoas.