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Elegía a las pagodas de Pekín
Dice una voz popular que los ángeles caídos no saben girar en ángulos rectos, y que esperan agazapados en las esquinas hasta que pase alguien que los empuje y los haga a cambiar de dirección. Los chinos, esos hombres sabios que no quieren pleitos con los seres de otros mundos, conocían esta leyenda, y por eso hacen los techos de sus casas con curvas cicloides. Los ángeles que se deslizan por los techos de las pagodas nunca pueden descender, porque son impulsados hacia arriba.
El video Home, de Yann Arthus-Bertrand, es tan revelador como dramático e impactante. ¿Qué hemos hecho, humanos? ¿Cómo es posible que hayamos acabado con todo? ¿Dónde estarán las pagodas de Pekín? Sin pagodas, amigos, el hombre sucumbirá a la estrategia de las sombras.
3 comentarios:
¡Es un post que nos hace pensar el que hoy nos regala! ¡Cuánto dañamos al planeta en pos del bienestar! Nos quejamos de terremotos, maremotos, de poblaciones que son destruidas por la "furia de la naturaleza! No será esa una "natural" reacción ante tanta acción nociva que, indiscriminadamente, provocamos a diario?
Es maravilloso cómo, con sus comentarios, nos traslada, usted, del accionar de un "Don Juan" o "Don Pedro" a nuestro accionar en contra de nuestra cuna, que debiera ser nuestro planeta. Despierta la conciencia que debiéramos aplicar para prolongar nuestra expectativa de vida. Si bien la ciencia la prolonga, nuestras acciones van en detrimento de ella. ¡Gracias por alertar, por recordar lo que, si bien tal vez sabemos, tratamos de esconder en un rincón de la conciencia!
Poético y sabio construir pagodas para que los ángeles fluyan y fieles a su esencia sigan impulsados hacía arriba. Me ha gustado muchísimo.
Ahora viene la de "arena" que es HOME...
Todavía tengo que verla, pero ya se adelanta que es sombrío el panorama.
Un cariñoso saludo, te felicito por lo que publicas.
Del provecho racional de todo lo que nos rodea hemos pasado a derrochar nuestro entorno hasta límites peligrosos, incluso para nosotros.
El que esté libre de pecado que tire la primera piedra... empecemos por la autocrítica antes de responsabilizar a los demás.
Grande Flenning
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