jueves, septiembre 03, 2009

La soledad de los números primos, de Paolo Giordano

Alice y Mattia son los héroes solitarios de esta historia. Ellos no se quejan de su condición de solitarios, sólo son solos que navegan tierra adentro en un mundo de solos. El deseo del lector a lo largo de la novela es, sin embargo, reparar la soledad de los protagonistas, como si padecieran de alguna enfermedad. Quizás ellos tengan alguna enfermedad, es probable, pero esta enfermedad está planteada como un placebo para calmar la sensación de angustia que genera en el lector.

A veces, pertenecer a un determinado conjunto produce más frustración que alivio, como el hecho de pertenecer al conjunto de los seres solitarios. Hay algo contradictorio en este comentario porque estar frustrado o aliviado no es una cualidad que le pertenezca al solitario, sino a quien lo observa. El solo está solo y quien lo observa, si no es otro solitario, desea socializarlo.

Para pensar en la soledad, la pura soledad, es más fácil abstraerse de todo condicionamiento social, es más fácil pensar en la soledad de un número, por ejemplo. La frialdad de los números nos libera de la carga emotiva y del deseo de reparación.

El propio Mattia, un matemático brillante, se ha imaginado a sí mismo como un número primo, como una perla solitaria y sospechosa perdida en medio de un océano infinito. Él, como todo número primo, es el todo y la parte, divisible por sí mismo y por el Uno; aun así, busca su identidad y su completud. Si Mattia es un número primo, ¿cuál de todos será? Y si es un primo con alma gemela, ¿cuál de todos los otros primos será la completud de Mattia?



Quizás Alice y Mattia sean primos gemelos, como almas gemelas, pero eso no los libera de ser números primos: sospechosos, únicos, bellos, primitivos, indivisibles, solitarios, solitarios, solitarios… Otra vez la frustración. Haber aceptado la soledad en el mundo abstracto de los números, haber comprendido la belleza de lo indivisible, de lo primitivo, nos empuja otra vez a la frustración de tener que aceptar una realidad menos intuitiva y menos amable sobre la soledad de este mundo mucho menos abstracto.

Es probable que usted encuentre algún personaje en la novela a quien pueda culpar por la soledad de nuestros héroes, Alicie y Mattia, pero créame si le digo que será un placebo, una distracción, porque Ser solos no tiene causa, es una forma de Ser.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

ser solitarios,es una eleccion personal
muy bueno su comentario
felicitaciones

Anónimo dijo...

La soledad aparece como un tercer protagonista y concuerdo en que provoca en el lector una sensación de angustia, y, como cada vez que se lee se trata de hacer predicciones sobre lo que sucederá, se espera que, en algún momento, esas soledades, la de Alice y Mattia, sobre quienes pesan las frustraciones familiares, se unan y dejen de ser solos, se den la compañía y amor de los que ambos son merecedores.
Si bien esos dos largos números que usted menciona están sólo separados por uno, ese uno parece ser un abismo imposible de cruzar. Qué sería un número primo gemelo? No soy buena para las matemáticas. Quizás ese gemelo sea una parte de la propia personalidad reflejada que uno no desea ver?
Realmente su comentario es, como siempre, además de acertado propiciatorio para replantearse ciertas cosas. Sabe reflejar el pensamiento del lector y lo hace con un manejo excelente no sólo de la palabra, sino además demostrando una exquisita sensibilidad. Felicitaciones!!!!!

Nelson dijo...

Excelente, te felicito amigo por tu aguda perspectiva, por tu buen análisis. Muy interesante tu blog. Un saludo cordial desde Venezuela.

Anónimo dijo...

El autor del blog habla de "ser solos" y eso si es una manera de ser. Disiento con el comentario uno, no siempre la soledad es una elección. Quien está solo no siempre elige estarlo sino que, por distintas circunstancias de la vida lo está.