domingo, noviembre 16, 2008

El pájaro pintado, testigo mudo de la crueldad

Imagino que una persona confinada al único destino de observar la vida de otros, solo es capaz de dar testimonio acerca de la sencilla pero severa ley Hermética: al final la vida sigue, igual, siempre igual.

Ni siquiera la guerra, que en su breve lapso de eternidad tiene el poder de cambiar todas las categorías, puede vulnerar esta ley suprema, porque las guerras, después de todo, siempre son la misma guerra y porque los hombres, aun sin categorías, no son capaces de eludir su destino de perpetua repetición.

En El pájaro pintado el observador del que les hablo es un niño, y a través de sus ojos se cuentan las miserias de otros hombres y de la guerra.

Según prologa el mismo Jerzy Kosinski en esta edición, las vidas de los personajes de esta novela no son reales, sin embargo, sí son reales los escenarios y las circunstancias: los depredadores calmucos, las creencias paganas de las aldeas polacas, los trenes de la muerte, los rituales profanos, el hambre, el frío del norte, lo que se traga la oscuridad de la noche, lo que nunca devuelve la luz del día y, por supuesto, también son verdaderos los pájaros pintados.

Pese a que el niño no es ninguno en particular, puede ser cualquiera y la identificación con el personaje y con la guerra es, entonces, lamentablemente posible.

¿Pero si el niño observa la vida de otros hombres, quién observa al niño? ¿Quién sanará el irreparable ultraje a su vida? ¿Quién le devolverá su infancia?

¡Si al menos su condición de inocencia y de debilidad le proveyesen de algún privilegio, de algún salvoconducto y pudiese ser milagrosamente perdonado! ¡Si, al menos, el camino de los inocentes no tuviese tantos cepos y tantas espinas! Es que muchas veces los niños no saben qué decir, ni saben adónde ir… Pero no, la ley de la vida es para todos. La vida debe abrirse paso en el interior de cada uno.

Así pues, de aldea en aldea, un niño sin nombre lucha su propia guerra y se abre paso en su propia vida. A ciegas, con la poca fe de quien nada espera, sin nostalgia de sol, busca alguna forma de justicia y la brújula que lo lleve de vuelta a su Itaca.

A veces le reza al Dios de su pena y a veces le suplica para que alguien no le cambie compasión por envidia o generosidad por avaricia. Es un hombre exiliado de los hombres. Su vida es, precisamente, como la de un pájaro pintado, al que nadie de su especie reconoce como a un semejante.

Nadie es capaz de mirar sus ojos negros, muy negros, sin echar mano al antídoto de escupir tres veces a favor del viento. Todos desoyen su desgarrador grito de víctima, sólo los cuervos se le acercan sin desconfianza.

Este niño vive en el mundo del exilio, que no es el mismo mundo del nómada, porque no sólo está exiliado su cuerpo sino su espíritu.

Quizás, en el futuro, al fin de la guerra, el mejor ungüento para sus cicatrices sea la bebida. Quizás un gigantesco trago de vodka le de valor para sostenerse, aunque sea de rodillas y sin memoria, en la rueda del tiempo. Quien sabe… Porque para él y para todos, la vida sigue, debe seguir, igual, siempre igual.


Descargar El pájaro pintado

7 comentarios:

Anónimo dijo...

sabes,si la vida siempre sigue,porque esa es la ley,pero no siempre tiene porque ser igual,depende de cada uno
hermoso tu comentario,
como siempre

Anónimo dijo...

considero que hacer un comentario,sobre un comentario de un libro sin haberlo leido,algo tan abstracto,que decir? que esta bien comentado o no?decir que leerlo , nos evita leer el libro?
que decirle? quizas que el mejor ungüento para las cicatrices de ese niño,o de cualquiera,no es un trago de vodka,sino el amor
de todas maneras,es un placer leerlo,como siempre Carlos,y lo felicito por su amplio recorrido en la literatura
S.

Anónimo dijo...

Es una maravilla leerlo, como siempre.
Es maravillosa la forma en que describe Ud.la búsqueda del paraiso perdido que todo ser humano, muchas veces, recurriendo al niño interior, trata de encontrar. Ud. sabe situarnos, llevarnos y traernos por situaciones que despiertan cada fibra de nuestro ser. No leí el libro pero mi alma sensible es tocada por su pluma, que la lleva evocar el pasado. Cada ser humano libra sus propias batallas permanentemente y, luego de cada una, se busca encontrar encontrar el ungüento que cure las heridas y que las deje listas para la próxima. No siempre el ungüento es el preciso y quizás no sirve porque la batalla que se libró es la final...

No cese de escribir, las sensaciones que produce son intensas, maravillosas ( a riesgo de resultar reiterativa es el adjetivo aplicable). Gracias!!!

Anónimo dijo...

Jamás uno se cansa de leerlo sólo se siente sed...

Anónimo dijo...

Este quizá sea el mejor comentario que le he leído en estos últimos tiempos , tan lleno de sensibilidad , angustia y dolor
Qué decir .. qué pensar … si la vida es inexplicable y el tren nunca se detiene …Cuando de adultos queremos convertir el pasado en presente y extrapolar el futuro , echamos una mirada a ese pozo ilimitado de la “ memoria “ y cuando en esa memoria la muerte le ha pisado los talones a un niño , es posible que se enfrente a un mundo sin esperanzas , lleno de inseguridades y sentimientos de fracaso …Casi es mejor que fuera analfabeto en esto del vivir para poder aprender que existe otro mundo en donde no todo es la guerra o la muerte o ausencia de identidad.
Lo felicito , no deje de maravillarnos con sus letras …siempre me queda esa sensación de querer más …

Anónimo dijo...

Es lindo comentarle sus textos, leerlo, eso acerca, sabe? Y, además, escuchar lo que escucha merece renglón aparte. Debiera Ud. abrir una especie de apartado para que se comente acerca de la música, poder decir que le sugiere a las lectoras ( el 99% seguro es del género femenino)
Me sonrío en este momento pensando en que... no, quizás tomaría Ud. como un atrevimiento mis pensamientos.
Abra Ud. su musicomentario, estaría bueno, se establecería un nuevo feedback.
Si es una locura lo que le digo dé una señal, y si no lo es, de también su parecer.

Anónimo dijo...

Ud. no sólo nos conduce mediante el don de su letra por obras conocidas y por conocer, sino que también nos sirve de Cicerone en cuanto a lo musical. Muchos de los temas son los que escucho habitualmente y otros, como el que está escuchando ahora, habían desaparecido de mi lista.
Ese tema lo escuché, hace tiempo y allá lejos por Camilo Sesto. Es hermoso escucharlo ahora en la voz de Rosario fue una experiencia distinta, será cuestión de género? ¡¡Vibró cada fibra de mi ser!! Probé en escucharlo luego por Sesto y no, no fue lo mismo. No suena igual dicho por una mujer y una , al menos yo, me sentí identificada.
Gracias también por compartir SU música...