¿Dónde estará el ingrediente con el que alguien pueda hacerse un poco más poeta? Como receta, al menos a mí, no me ha servido atravesar el barrio por la vereda de la sombra fría. Tampoco me ha servido lucir ese aire cimarrón que me aleja de la vida que pasa, ahora mismo, por la calle. Ni siquiera ha dado fruto el repetido cambio de postura ni enrolarme como mensajero de la esencia...
¿Donde estarán los aromas del pasado, los restaurantes baratos con olor a calamares fritos, las acciones despojadas, los amores desgarrados y el ocio lubricante de ideas? ¿Dónde será la fiesta esta noche? ¿Dónde estarán la fascinación y la melancolía? ¿Qué antiguo invierno se habrá llevado los sueños? ¿Cómo me habré hecho la cicatriz que traigo de otras vidas?
4 comentarios:
No sé, yo tengo la sensación de que la poesía, como la locura, no tienen gradientes. O se está loco o no se lo está; o se es poeta, o no se es. Intuyo que el origen de la cicatriz de la que habla, no es otra cosa que la marca de ese modo enloquecedor, que tiene usted, de ser poeta.
Duda Ud de ser poeta? Creo que de su paso por las otras vidas concentrò en sì lo mejor de cada una y es por eso que ,hoy, nos brinda el placer de poder leerlo. Si no tuviese concentrado el talento no podrìa llevar al lector a vivir sis historias de manera maravillosa. Es Ud. poeta, no lo dude y de los mejores!!!
Si no lo respetase, como lo respeto diría que es un insaciable, pero a pesar de todo si le cabe la duda de poeta, ¿que poeta no trae consigo aroma, fiestas, fascinación, melancolía y el condimento especial, cicatrices de otras vidas.
La fiesta será dónde y cuándo lo decida, la fascinación también. Tendrá todos los aromas y dejará los suyos, que, entremezclados, alejarán la melancolía. Es el autor quien guía al lector y lo lleva por vericuetos jamás vividos. Cada trazo, cada signo, conduce el alma de quièn lo lee por caminos a descubrir. Quizás la cicatriz sea posible de ser explicada en otro momento
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